ECONOMÍA FEMINISTA
La economía feminista es una corriente de pensamiento y acción política que aboga por el sostenimiento de una vida digna. Ofrece una mirada alternativa que invita a repensar toda la economía desde la reproducción, el sostenimiento y la gestión de la vida cotidiana, con el objeto de superar el androcentrismo y la opresión histórica de las mujeres implícita en la economía convencional. Construye un marco ético- político para la transformación social con criterios de justicia redistributiva, social, de género y ecológica.
En su evolución, durante el siglo XX y más intensamente a partir de los noventa, se han ido ampliando sus cometidos clave:
*Una visión alternativa de la economía, a través del enfoque de aprovisionamiento social y la comprensión integral de los procesos que sostienen la vida.
*La necesidad de valorar el trabajo no remunerado que realizan fundamentalmente las mujeres y que se refiere al trabajo de cuidado, la crianza, las actividades domésticas y el trabajo comunitario o voluntario.
*La importancia de la acción social y de la incorporación de una perspectiva ética en el análisis económico.
*Análisis interseccional, incluyendo diversos estratificadores sociales que interaccionan en las diferentes vidas de las personas.
El enfoque de aprovisionamiento social implica el rechazo a la economía neoclásica, a sus principios fundamentales y al objeto de la economía que se desplaza desde el ámbito de las actividades de intercambio a las actividades de aprovisionamiento, remuneradas y no remuneradas, que contribuyen al desarrollo de la vida.
La reproducción social, uno de los aspectos fundamentales, se refiere a la capacidad de reproducirse, de regenerar la vida y a cómo hacerlo posible. Las condiciones materiales, alimenticias, de seguridad, afectivas, aprender a comunicarnos o a crear vínculos emocionales…todo ello forma parte de las necesidades que tenemos como seres interdependientes y ecodependientes y de los procesos que sostienen la vida- gran parte realizados por mujeres, sin remuneración e invisibilizados- ; todo ello forma parte de los cuidados. La economía del cuidado aborda las formas que una sociedad va a asumir la provisión social para satisfacer las necesidades de los cuidados y es la base del nuevo paradigma económico feminista. El enfoque que relaciona dichos conceptos es el de sostenibilidad de la vida y se explica con base en tres dimensiones: la económica, la ecológica y la humana y social.
Capitalismo y patriarcado no son sistemas separados, sino que están imbricados en una relación recíproca. La economía feminista denuncia el actual conflicto capital-vida y dirige su crítica directamente a la economía como ciencia, por su ceguera de género, por no ver a las mujeres en las actividades económicas, ni mucho menos en los trabajos domésticos y de cuidados invisibilizados; y también la dirige al sistema económico actual, por asentarse en la desigualdad de género, en la división sexual del trabajo y el extractivismo de recursos naturales, capacidades humanas, capacidades reproductivas, afectivas y procesos biológicos, por estar centrado en los mercados y el crecimiento monetizado como indicador de progreso social. La crítica desmonta los conceptos básicos de la economía ortodoxa, como el homo oeconomicus (hombre económico) y la racionalidad económica que se le atribuye. La hipótesis de un sujeto que pretende ser universal remite a un varón, blanco, occidental, adulto, de clase media, heterosexual y con funcionalidades plenas; se espera que se comporte como si no fuese humano, ajeno a la interacción social, sin tener responsabilidades sobre el bienestar de otras personas; motivado por su propio interés, la búsqueda de la máxima ganancia individual y la acumulación de beneficios y posesiones en lo que basaría su toma de decisiones. Esta ficción se interpela desde la economía feminista: ¿quién lava la ropa o le hace la cena al homo oeconomicus? ¿Quién cuida, provee de afectos y otras necesidades de las personas en el hogar? ¿A cambio de qué?
La economía feminista adquiere más fuerza con la cuarta ola feminista y también con sus debates. La influencia neoliberal y la individualización de respuestas está gestando una burbuja de preferencias adaptativas ante la mercantilización de ámbitos de la vida íntima como estrategias de supervivencia. ¿Emancipación de las mujeres, patriarcado de consentimiento o vuelta al mito de la supuesta libre elección?
(Carmen Castro. Breve diccionario de feminismo. Rosa Cobos y Beatriz Ranea (eds) Ediciones Catarata. Madrid. 2020).