1.SOLAMENTE EL 19% DE LAS VIOLACIONES SON COMETIDAS POR DESCONOCIDOS
¿Cómo te imaginas a un violador? Seguro que pienses que es un hombre desconocido, de clase baja, con pasamontañas y que nos está esperando en una esquina oscura en la calle. La realidad es que solo el 19% de las violaciones son cometidas por desconocidos, según los datos de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019 en España.
Si ampliamos un poco la mirada y hablamos de violencia sexual en general, el 14% de las mujeres la ha sufrido por parte de su pareja o expareja, y eso significa 2.905.489 mujeres. El 6% de las mujeres ha sufrido esta violencia fuera del ámbito de la pareja, porcentaje que representa a 1.322.052 mujeres. En este caso, la proporción de desconocidos sube al 39%, amigos o conocidos serían el 49% y familiares un 22%. Estos porcentajes son tan altos porque solo tienen en cuenta los agresores que no eran pareja.
Cuando sacamos conclusiones hemos de ir con mucho cuidado, porque sabemos que se denuncian menos del 10% de las agresiones sexuales, según dos datos de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. Esto hace que haya un sesgo brutal, porque los registros que tenemos son muy escasos y no representan la totalidad del fenómeno. Además, tiene sentido que, cuando los agresores sexuales son desconocidos, resulte bastante más costoso denunciarlos, identificarlos y detenerlos. Si la agresión la comete tu pareja, tu expareja, tu compañero de trabajo o amigo, la identificación sería sencilla.
Aún así, es muy importante romper el mito del agresor sexual como un desconocido. Este mito existe porque es duro enfrentarse a la idea de que alguien en quien confías, como puede ser un amigo, un hermano o una expareja, pueda agredir sexualmente a una persona.
Las consecuencias de sufrir una agresión sexual son incalculables, según la misma macroencuesta. Casi el 40%de las mujeres que han sufrido una violación han tenido lesiones físicas, el 80% ha desarrollado problemas psicológicos como ansiedad, depresión o estrés postraumático, y 1 de cada 4 mujeres ha consumido medicamentos para poder afrontarlo.
2.400.000 ACTOS DE VIOLENCIA SEXUAL EN ESPAÑA EN UN AÑO
Cuando nos referimos a violencia sexual, automáticamente pensamos en una violación con penetración y violencia física. Pero el concepto va mucho más allá, y para abordarlo es necesario ampliar el foco. Según datos del Ministerio del Interior, en España en el año 2021 se produjeron 400.000actos de violencia sexual, y esto es un incremento del 56% en cinco años.
Violencia sexual es que te toquen el culo sin tu consentimiento en una discoteca, que se quiten el condón en medio del acto sexual sin comunicártelo, que te besen en un bar sin pedirlo, que tu pareja te presione para tener sexo porque si no se va con otra, que te chantajeen con publicar fotos tuyas desnuda y que te droguen o te emborrachen para que mantengas una relación sexual que de otra manera nunca aceptarías.
Quedar con un tío por primera vez y sentir miedo al ir a su casa también es consecuencia de la violencia sexual. Ir aterrorizada y deprisa por la calle y con las llaves entre las manos es violencia sexual. Lo que subyace es un pánico terrible a que nos agredan sexualmente. Porque a un hombre le robarán la cartera o le pegarán, pero en nosotras se añade una capa más de violencia.
Y que quede muy claro, no son casos aislados ni conductas puntuales, ni mucho menos están perpetrados por depredadores o “locos”. Esto es algo estructural y solo se entiende si tenemos en cuenta la socialización diferencial que hemos recibido hombres y mujeres, y más cuando hablamos de sexo.
Un síntoma de que algo no va bien es cuando accedemos a mantener relaciones sexuales sin que nos apetezca. Principalmente sucede con la pareja y hemos normalizado esos chantajes y presiones, esos pensamientos de “cuando esté en el tema, ya me apetecerá” o esa idealización del sacrificio para satisfacer los deseos del otro. El 58% de las mujeres de entre 18 y 25 años afirma haber tenido sexo sin apetito o deseo sexual, según el informe Sexualidad de las mujeres jóvenes en el contexto español, del Instituto de las Mujeres de 2022.
3.EL 10% DE LAS AGRESIONES SEXUALES SON GRABADAS CON EL MÓVIL
Un fenómeno que ha aparecido en los últimos años, debido a las redes sociales, es inmortalizar escenas de delitos. La lógica nos dice que cuando hacemos algo “que está mal” no queremos dejar rastro ni ser vistos. Sin embargo, en el año 2020, según datos del Observatorio contra la Violencia Sexual en España, el 10% de las agresiones sexuales registradas fueron grabadas con el móvil.
Esto forma parte de loque llamamos terrorismo sexual: no solo te agredo sexualmente y te deshumanizo, vulnerando tus deseos y tu consentimiento, sino que encima lo grabo como un trofeo para difundirlo entre grupos de WhatsApp o en páginas porno. Detrás de esto hay una misoginia muy profunda: el sexo se entiende como un instrumento de dominación y poder, y no como un acto de goce y disfrute.
¿Cómo alguien se puede excitar manteniendo sexo con una persona que claramente no quiere? Esto solo se explica porque no hay educación sexual, y las únicas instituciones que se encargan de educarnos en ese aspecto son la pornografía y la prostitución, donde las mujeres tenemos un único rol que es satisfacer las necesidades y deseos de los hombres.
Para la víctima esto implica una doble revictimización, no solo se enfrenta a un suceso de violencia traumático, sino que encima queda registrado y muchas veces se encuentra con esos vídeos. Un ejemplo paradigmático es lo que le pasó a Carlota Prado en el programa Gran Hermano, en el que fue víctima de una agresión sexual por parte de José María López, delante de toda España y con las cámaras encendidas. Nadie hizo nada, la única intervención del programa fue insistirle para que viera las imágenes.
Según el estudio (Des)Información sexual, Pornografía y adolescencia, hecho por Save the Children, 7 de cada 10 vídeos en páginas porno contienen actos de violencia explícita y reproducen situaciones de dominación sexual. Y no solo eso, en 2020 la página web Pornhub fue obligada a eliminar más de 10 millones de vídeos por su contenido ilegal. Y no es que la página de repente se convierta en feminista, sino que Mastercad y Visa amenazaron con bloquear los pagos con sus tarjetas si no lo hacía.
4.SÓLO SE DENUNCIA UN 8% DE LAS AGRESIONES SEXUALES
Algo clave para luchar contra la violencia sexual es poder identificarla, llamar a las cosas por su nombre y asegurar que el entramado institucional responsable sepa dar respuesta. Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019, en España solo se denuncia un 8% de las agresiones sexuales que sufrimos las mujeres. Esto es muy grave, porque significa que el 92% de la violencia sexual que padecemos está oculta: no se dispone de datos, no existe información y, por lo tanto, se desconoce. Lo que no se nombra no existe. ¿Y cómo vamos a erradicar algo que no conocemos?
Las preguntas de fondo son: ¿por qué el porcentaje de denuncias es tan bajo?, ¿qué está pasando para que no denunciemos? Aquí podemos identificar varios elementos: la desconfianza en el sistema judicial y policial, el miedo a la reacción del agresor, la aversión a identificarnos como “víctimas”, la confusión y dudas sobre si lo que te acaba de pasar es una agresión sexual, el desconocimiento de cómo y dónde pedir ayuda, pensar que entrar en un circuito judicial no resolverá nada, miedo a que se mediatice el caso y a sufrir una doble revictimización.
Todas tenemos en mente cómo fue el juicio de La Manada en 2016, cómo espiaron a la víctima, cómo se cuestionaron absolutamente todas sus acciones y reacciones: por qué ella se fue con esos chicos, qué hacía sola, poniendo en duda si en realidad quería o le gustó, o hasta su reacción posterior. El sistema dibuja un perfil de víctima monolítico, y como no te ajustes completamente a él se pone en duda tu versión.
Cuando en la Macroencuesta se pregunta a las mujeres por qué no denunciaron una agresión sexual, responden lo siguiente (la pregunta era multirrespuesta): el 40% afirma que por vergüenza y para que nadie lo supiera; el 36% por temor a que no la creyeran; el 24% porque “eran otros tiempos” y no sabía que se podía denunciar; el 23% por miedo a la reacción del agresor y el 18% porque pensó que era su culpa.
5.EL 57% DE VÍCTIMAS DE VIOLENCIA SEXUAL NO LO HA CONTADO A NADIE
El alcance de la violencia sexual va mucho más allá de no denunciar: el miedo, la vergüenza y la culpa nos afectan tanto que el 57% de las víctimas de violencia sexual no se lo ha contado a nadie. Este dato se extrae de la encuesta QueSeSepa de 2019, donde participaron más de 1,2 millones de mujeres de todo el mundo. En la totalidad de las agresiones sexuales, la opción más votada fue “no se lo he contado a nadie”, seguida de “se lo conté a mi madre” y “se lo conté a mis amigas o amigos”.
Esto nos invita mucho a reflexionar sobre la soledad que experimentan las mujeres víctimas de violencia sexual. No solo te enfrentas a un evento traumático que impacta en tu autoestima, en tu percepción y concepción sobre el sexo, y que implica un proceso doloroso, sino que, en más de la mitad de los casos, todo esto lo pasamos solas. Y esto solo se entiende cuando desentrañamos el sentimiento de culpa, vergüenza y todas las connotaciones implícitas en el concepto de víctima.
¿Qué pasa con el concepto de víctima? Dentro del feminismo hay dos corrientes. Una aboga por huir de esta palabra por su connotación negativa y estigmatizante, y prefiere el término “superviviente” con un tono más heroico, aunque no deja de estar exento de problemas. Otra corriente reivindica el término “víctima” como un instrumento para reconocer y visibilizar la violencia que sufrimos, pero huyendo del esencialismo. Si no hay víctimas, no se produce violencia.
Vivimos en una sociedad que odia reconocerse como víctima, y cada vez que alguien señala una injusticia en las redes aparecen los típicos mensajes de “victimista”, “ya está llorando” o “ya se está quejando”. Sea socia ser víctima con la debilidad, y nos genera tanta aversión como sociedad que no toleramos que alguien e ponga esta etiqueta.
6.LAS VIOLACIONES MÚLTIPLES AUMENTAN UN 56% EN CINCO AÑOS
La forma de agredir sexualmente ha cambiado de naturaleza en estos últimos años, y prueba de ello son las violaciones múltiples.
Hay un aspecto del lenguaje que me parece importante: no me gusta el concepto “violación grupal”, porque realmente lo que sucede en ese caso son múltiples violaciones simultáneas. Y el término “violación” en singular no representa bien el tipo de violencia al que se refiere, lo idla sería usar “violaciones múltiples”.
Pero vamos a los datos. Según el Ministerio del Interior, las violaciones múltiples se han incrementado un 56% en España entre 2917 y 2923. Además, 1 de cada 4 de estos agresores son menores de edad. ¿A qué se debe esto? Uno de los puntos de inflexión fue el caso de La Manada de Pamplona en 2016. La mediatización de ese caso generó algo indeseado: el efecto dominó. A raíz de él surgieron imitadores: un ejemplo paradigmático son las manadas de Badalona, donde en 11 meses se produjeron 9 agresiones sexuales múltiples.
¿De dónde surge esta forma de agredir sexualmente? Las investigaciones apuntan a la proliferación de vídeos pornográficos de bukkakes o gangbang. No es casualidad el incremento de estos vídeos, en los que vemos a múltiples hombres con una sola mujer, y con una puesta en escena humillante, violenta y abusiva.
7.LAS MUJERES RACIALIZADAS SUFREN 3 VECES MÁS VIOLENCIA SEXUAL
Cuando analizamos la violencia sexual nos encontramos patrones muy marcados en los perfiles. El principal es el sexo biológico: el 99% de los agresores son hombres y el 84% de las víctimas son mujeres, según datos del Ministerio del Interior de España en 2021. Cuando ponemos la lupa en otras variables, como la edad, la religión, la raza o la etnia, la clase social o el grado de discapacidad, ya no vemos un patrón tan claro, aunque sí que se indican más o menos probabilidades de sufrir o ejercer esa violencia.
Una de las conclusiones de la encuesta QueSeSepa de 2019 es que, en España, las mujeres racializadas sufren tres veces más violencia sexual que las mujeres blancas. A la encuesta respondieron cerca de medio millón de mujeres que vivían en España, el 89% marcaron ser caucásicas o blancas y el 11% indicaron ser de otra raza o etnia, siendo la latina la más mayoritaria con el 7%.
Uno de los análisis que se hicieron fue comparar las respuestas entre estos dos grupos, y se constató que las mujeres racializadas habían sufrido el triple de agresiones sexuales que las mujeres blancas. La pregunta donde más diferencia se encontró fue la relativa a abusos sexuales en la infancia: el 18% de las mujeres blancas afirmaron haberlos sufrido frente al 29% de mujeres racializadas, existiendo entonces una diferencia de 11 puntos porcentuales.
Mientras que la extrema derecha siempre centra sus discursos en construir un falso perfil del agresor sexual, aludiendo a temas de raza o etnia, y cayendo en lógicas racistas, no aparecen estar tan preocupados por estos motivos cuando se trata de hablar de las víctimas. Como dice la periodista Patricia Simón: “Son las mujeres más pobres, las más jóvenes y las más racializadas, aquellas más impunemente agredidas física y sexualmente”. Al final las violencias se interrelacionan entre sí y ya sabemos que el machismo se entiende a la perfección con el racismo y el clasismo.
Tener una discapacidad incrementa la probabilidad de sufrir violencia sexual en un 67%. Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, hecha por el Ministerio de Igualdad en 2019, han sufrido violencia sexual el 8% de las mujeres sin discapacidad y el 14% de mujeres con discapacidad. En todas las categorías de violencia vemos el mismo patrón, donde las mujeres con discapacidad sufren casi un 70% más de violencia que las mujeres sin discapacidad.
8.EL 88% DEL PORNO QUE VEN LOS JÓVENES CONTIENE VIOLENCIA FÍSICA
Puede parecer sorprendente, pero, aunque no hayas visto un vídeo porno en tu vida, también te ha marcado. Si no lo has visto tú, lo habrá visto alguna de tus parejas sexuales y, sin darnos cuenta, hemos aprendido e imitado conductas que salían en esos vídeos.
El porno es una industria que mueve 97.000 millones de euros al año y donde todo está guionizado: tiene el poder de moldear nuestras apetencias sexuales. Si se viralizan vídeos de sexo anal, pues ahora tenemos a chavales obsesionados con hacer esa práctica, y lo peor es que, como en los vídeos no aparece toda la preparación previa, desconocen los pasos que hay que seguir para poder hacerlo correctamente.
La realidad es que el 88% de los vídeos porno que consumen los adolescentes contienen violencia física, según datos del libro Eso no es sexo, de Marina Marroquí. Es un contenido donde se normaliza la violencia extrema, se difuminan los límites del pacer y el dolor, o se erotizan las violaciones. Cuando cruzamos estos datos con los siguientes: el 87% de los chicos de entre 13 y 17 años han visto porno, frente al 38,9% de las chicas, según el informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia, de Save the Children, nos llama la atención la disparidad entre hombres y mujeres, y que prácticamente todos los chicos adolescentes han visualizado esos contenidos.
Esta situación plantea varias vías de actuación: limitar el acceso a la pornografía por parte de menores, plantearnos qué tipo de contenidos ofrecen esas páginas y las consecuencias que conllevan para las mujeres de todo el mundo, así como impartir con urgencia educación sexual.
Además, parece que los adolescentes no tienen la capacidad para identificar las relaciones de poder en el porno, pues solo el 55% de chicas afirman que las relaciones de poder en la pornografía no son igualitarias. Lo alarmante es que también lo piensa el 31% de los chicos. Es decir, el 69% de chicas creen que las relaciones en el porno son igualitarias.
9. LA PORNOVENGANZA CRECE UN 35% EN UN AÑO EN ESPAÑA
La pornovenganza es el delito digital que más crece en 2022, con un 35% respecto al año anterior, según datos de la Asociación Stop Violencia de Género Digital de 2023. Este tipo de “venganza” consiste en difundir contenido sexual de alguien sin su consentimiento, con el objetivo de extorsionarlo o humillarlo.
Cuando acudimos a los datos, vemos que 1 de cada 3 delitos digitales son por pornovenganza, el 80% de las víctimas son mujeres, el 90% no lo denuncia y los delincuentes acostumbran a ser exparejas o ligues para “vengarse” por una ruptura, o también puede tratarse de mafias que utilizan esos contenidos para extorsionar por dinero.
Que la mayoría de las víctimas sean mujeres es curioso, porque, aunque en el contenido sexual aparezcan un chico y una chica, el escarnio público siempre va para nosotras. Este es el claro ejemplo de cómo opera la sexualidad entre hombres y mujeres: mientras que a nosotras nos devalúa, a ellos les incrementa su valor. Cuánto más sexo tenga un hombre, más triunfador es; en cambio, en nosotras tiene el efecto contrario.
Además, no importa si esas fotos son reales. Hemos visto que el deepfake se está usando para generar imágenes sexuales falsas a partir de la inteligencia artificial. Sabemos que el 96% de esos contenidos acaban en páginas porno, siendo compartidos de forma masiva por grupos de WhatsApp, y la reacción social es como si fuese una humillación para nosotras. La liberación sexual que pide el feminismo consiste exactamente en poder disfrutar de nuestra sexualidad de forma libre y sin connotaciones negativas.
10. INSTAGRAM MUESTRA UN 54% MÁS LAS FOTOS DE MUJERES EN ROPA INTERIOR
Siempre se dice que las redes sociales en sí no son “malas”, sino que el problema es el uso que les damos. Con cada avance tecnológico, el uso de las redes se vuelve más nocivo para nuestra autoestima y autopercepción: en TikTok, cuando te vas a grabar desde la aplicación, automáticamente se activa un filtro de belleza. Tu imagen por defecto ya es una mentira.
¿Qué mensaje recibes cuando subes una foto en ropa interior y tienes el triple de likes? Una de las conductas perjudiciales que fomentan las redes es la validación externa según las interacciones. El contenido que subimos se convierte en una exposición de cómo te gustaría que fuera tu vida y la reacción de la gente representa el veredicto de la sociedad.
Pero esto tiene trampa, Instagram o TikTok deciden qué contenidos enseñan y cuáles no. Y, como era de esperar, esos algoritmos tienen sesgos. En 2020, la ONG Algorithm Watch publicó el estudio Undress or fail:Instagram´s algorithm strong-arms users into showing skin, donde analizaron al detalle el recorrido de 2.400 fotos subidas a Instagram. La conclusión fue aplastante: el contenido de mujeres en ropa interior tenía un 54% más de probabilidades de aparecer, y las de hombres sin camiseta, un 28%.
El mensaje que recibimos las mujeres es cristalino: si queremos ser vistas y tener éxito, hemos de enseñar carne. En esto consiste la hipersexualización de las mujeres: o nos mostramos sexis ante el mundo o no existimos. Y no solo es debido a la conducta de la gente que premia ese tipo de fotos, sino que directamente Instagram potencia ese tipo de contenido enseñándolo más.
La organización Girlguiding publicó un estudio en 2017 donde analizaba el impacto de las redes sociales en mujeres. Las conclusiones fueron que a 1 de cada 3 mujeres la presión por parecer perfecta le afecta a nivel emocional y el 35% afirmó que se comparaba constantemente con las demás. Esto al final es un círculo vicioso: nos empujan a hacer un tipo de contenido que es nocivo para todas.
11.EL 50% DE LAS MUJERES HAN RECIBIDO “FOTOPOLLAS” POR REDES SOCIALES
¿Alguna vez un hombre random te ha enviado una foto y al abrirla has visto su pene? ¿Qué sentimiento te despierta? ¿Se acerca más al asco o a la excitación? Siempre me he preguntado qué hay detrás de este acto, ¿por qué envían “fotopollas”? ¿Cuál es realmente el objetivo de enviar una foto de los genitales sin ningún tipo de contexto para hacerlo?
Como mínimo, el 50% de las mujeres canarias han recibido una “fotopolla” alguna vez, según el informe Ciberviolencias machistas, realizado por el Cabildo de Gran Canaria en 2022. Que esto nos haya ocurrido a la mitad de las mujeres refleja que es una práctica muy extendida. ¿Conocéis a algún hombre que lo haya hecho? Porque sería muy interesante preguntarle qué quería conseguir. Y es que el efecto que genera encontrar un pene sin buscarlo ni desearlo es de intimidación y rechazo.
Aun así, si una mujer se hace fotos en una conversación subida de tono, enseguida corre el riesgo de que se la exponga y ella misma tenga que ser garante de su propia seguridad digital, cuando el receptor es quien debería saber que no puede compartir esas fotos. Sin embargo, ellos envían fotos íntimas sin ningún reparo.
Esto no tiene nada que ver con ligar o con algo sexual, esto va de dominación y poder. Me recuerda mucho al típico “guapa” que nos dicen por la calle. Ese hombre no está intentando ligar contigo, sino que está marcando territorio. Y en las redes sociales pasa exactamente lo mismo, pero detrás de una pantalla ellos se sienten más valientes.
12. EL TOPLESS SE REDUCE A CASI LA MITAD EN 5 AÑOS
¿Cómo puede ser que nuestros pezones estén censurados en Instagram, pero los hombres puedan salir sin camiseta? La cosificación e hipersexualización del cuerpo de la mujer está presente en muchos ámbitos de nuestra vida. ¿Por qué molesta tanto que Rocío Saiz o Rigoberta Bandini muestren sus pechos en un concierto, y Mick Jagger no?
Esto no afecta únicamente a las redes sociales, donde más lo notamos es en la playa. El Instituto de Estudios de Opinión y Marketing de Francia publicó en 2023 un análisis brutal sobre el topless: en los años 80, el 43% de las mujeres hacían topless; en 2019 la cifra bajó al 29% y tan solo tres años más tarde, en 2021, lo practicaban el 19% de las mujeres. Aunque el estudio sea sobre Francia, se aplica totalmente al caso español: solo hace falta esperar al verano y observar cuántas mujeres hacen topless.
¿Qué ha cambiado para que antes estuviéramos cómodas y ahora no? Sobre todo, el uso de las redes sociales, la presión estética y los móviles. Muchas de las mujeres que antes hacían topless y ahora ya no lo practican aluden al miedo a que te hagan una foto y la suban a internet. Además, pensar que nuestros pechos no encajan en el canon de belleza hace que no los queramos enseñar: consumimos millones de tetas operadas. Eso provoca que tengamos una visión distorsionada sobre cómo deberían ser nuestros pechos y que nos dé vergüenza enseñarlos. Otro de los motivos que señalan para taparse es evitar miradas o comentarios machistas.
El sistema gana al decidir cuándo ver y sexualizar nuestros cuerpos, pero colapsa cuando nosotras decidimos enseñarlos en un contexto no sexual.
13.ENTRE 100.000 Y 300.000 MUJERES SON PROSTITUIDAS EN ESPAÑA EN 2018
Ahora nos adentramos en el debate eterno, y no resuelto, en España: la prostitución. La prostitución en España no es legal, pero tampoco ilegal; está en un limbo jurídico que favorece que todo ocurra en la sombra. No sabemos con exactitud cuántas mujeres prostituidas hay en España, en qué condiciones están ni cuántos puteros existen. Aunque no se disponga de una cuenta oficial, diferentes organismos y entidades se han encargado de hacer estimaciones.
El Ministerio del Interior estimó que había unas 45.000 mujeres prostituidas en situación de trata en 2012, según el Plan Integral de Lucha contra la Trata de Mujeres y Niñas con fines de Explotación Sexual (2015-2018). El sociólogo Antonio Ariño cifró que en total eran unas 100.000 o 120.000 mujeres que ejercen la prostitución, porque en el dato anterior solo se contaban a las víctimas de trata.
El Ministerio de Trabajo en 2005, sí, hace casi 20 años de esto, estimó que si se legalizara la prostitución se darían de alta unas 113.100 mujeres: 42.500 en prostíbulos, 41.000 en pisos, 24.000 en clubes de carretera y 5.600 en la calle. El Instituto de la Mujer estimaba en 2020 1u3 había 300.000 mujeres prostituidas, coincidiendo con el Observatorio Cívico Independiente, que también calculaba más de 300.000 mujeres.
Cada entidad y organismo aporta sus propios datos, pero dentro de todo este baile de cifras nos movemos siempre entre 100.000 y 300.000 mujeres prostituidas en España.
14.ESPAÑA ES EL PRIMER PAÍS DE EUROPA EN CONSUMO DE PROSTITUCIÓN
Cuando hablamos de prostitución siempre se pone el foco en las mujeres prostituidas: el debate gira en torno a si lo deciden libremente o no. Y por supuesto que estas cuestiones son cruciales, pero hablemos ahora de los grandes olvidados: los puteros. El 40% de los hombres en España han consumido prostitución alguna vez en su vida, según Amnistía Internacional y Médicos del Mundo. Además, Naciones Unidas afirma que España es el primer país de Europa en consumo de prostitución y el tercero del mundo.
La prostitución se mueve en unos circuitos que las mujeres no vemos. Y en España está profundamente instaurada: chicos que al cumplir los 18 años van a prostíbulos que “desvirgarse”, grupos de hombres que salen de fiesta y si no consiguen ligar acaban la noche en burdeles, hombres entrando en salones de masaje “con final feliz” o empresarios cerrando grandes contratos en prostíbulos…
Existe todo un entramado que normaliza la prostitución en la socialización masculina, y que las mujeres no vemos ni conocemos. ¿Cuántos hombres sabéis que hayan consumido prostitución? Y pregunta para los hombres: ¿cuántos amigos tenéis que lo hayan hecho?
¿Cuál es el problema? Principalmente la interacción entre sexo, consentimiento y deseo. Porque, vale, “solo sí es sí”, pero si el “sí” se puede comprar, ¿qué sentido tiene todo esto? Cuando hay dinero por medio, desaparece la libertad para poder escoger y aparece la noción de poder y jerarquía en ese “intercambio”. Os sonara ya el típico mantra del capitalismo de “quien paga manda”, pues, chicas, cuando hablamos de sexo, esto es profundamente problemático. Y, si aceptamos que no hay deseo sexual, ¿cómo se puede disfrutar sexualmente con alguien que está claro que no lo está deseando? Es una red flag como una catedral.
15. EL 91% DE LAS MUJERES PROSTITUIDAS EN ESPAÑA SON MIGRANTES
Hablar de prostitución es hablar de machismo, racismo y clasismo. Cuando el 99% de los consumidores son hombres y el 97% de las personas prostituidas son mujeres, vemos patrones machistas. Y, cuando el 91% de las mujeres prostituidas son migrantes y racializadas, estamos delante de patrones racistas. Además, el 86% se encuentra en situación de pobreza, así que también encontramos patrones clasistas. ¿Alguien puede decidir libremente en esas condiciones?
Estos datos son de la Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2008 por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), y del Informe Realidad social de las mujeres, sintecho, prostitutas, exreclusas y drogodependientes en España, del Instituto de la Mujer (2004). El mito de la libre elección, esa idea utópica de que las mujeres deciden libremente prostituirse, se desmonta cuando analizamos los porcentajes ya comentados.
¿Qué propone el abolicionismo? Primero erradicar la demanda, es decir, que a nadie se le pase por la cabeza pagar por sexo, y para ello necesitamos educación sexual basada en el deseo. También la reparación del daño enfocada a las mujeres prostituidas, con políticas públicas basadas en la reinserción laboral, el apoyo psicológico y las subvenciones. Y penalizar a proxenetas y puteros, para lo que habrá que reformar el Código Civil y el Código Penal. Para que todo esto se cumpla, es imprescindible regular la situación legal de las mujeres prostituidas, aboliendo la ley de extranjería y garantizando los derechos humanos de todas, independientemente de su nacionalidad.
Para ser sincera, no me imagino un mundo feminista con mujeres en escaparates, como en el Barrio Rojo de Ámsterdam.
Cuando los hombres y las mujeres se encuentran en situaciones de extrema necesidad económica, toman diferentes decisiones: ellos tienden a robar y nosotras a recurrir a la prostitución, ya que se nos ha enseñado que somos un producto. Estas son las conclusiones del estudio Feminización de la supervivencia y prostitución ocasional, de la Federación de Mujeres Progresistas (2018).
16. SUECIA REDUCE EN UN 86% LA CIFRA DE PUTEROS POR UNA LEY ABOLICIONISTA
En 1999, Suecia sacó su primera ley abolicionista, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacerlo, criminalizaron a los puteros y proxenetas, y entendieron a las mujeres prostituidas como víctimas de violencia machista: eso significa ofrecerles acompañamiento psicológico, asesoramiento laboral y acceso a ayudas públicas.
Su objetivo era desincentivar la demanda ofreciendo educación sexual en las escuelas y conceptualizar la prostitución como una forma de violencia patriarcal, siguiendo la línea de la ONU. Su idea de abolición es ir a la raíz: hacer que los hombres entiendan que no pueden pagar por tener sexo con alguien que no lo desea. El foco se pone en ellos, no en ellas.
¿Cuáles han sido los resultados? Según el Ministerio de Justicia de Suecia, en 2018, hay unas mil mujeres prostituidas en Suecia, mientras que en España se estima que son entre 100.000 y 300.000. Más datos, en los últimos 20 años se ha logrado reducir la cifra de clientes en un 86% y más de 7.600 hombres han sido procesados y multados, según datos de The Swedish National Council for Crime Prevention de 2021.
Entre las mujeres prostituidas en Suecia, unos 300 son de nacionalidad sueca y las otras 700 son extranjeras, de Rumanía, Nigeria, Polonia o Tailandia, según datos de Kajsa Wahlberg, criminóloga sueca. Y esta es una de las críticas que veo en la situación: para abolir la prostitución es necesario un abordaje en la ley de extranjería. No podemos dejar fuera a las mujeres migrantes sin papeles, porque son las principales afectadas del sistema prostituyente y es imprescindible regularizar su situación para que accedan a ayudas.
En 2023 el Parlamento Europeo se pronunció de forma clara sobre la prostitución, promoviendo una legislación abolicionista que reinserte a las mujeres prostituidas y penalice tanto a puteros como a terceros que se lucran. Esta es la hoja de ruta europea, y no solo existe el caso de Suecia como país abolicionista. También están Finlandia (2006), Islandia (2007), Noruega (2009), Irlanda (2015) o Francia (2016).
17.LA LEGALIZACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN EN ALEMANIA INCREMENTA LA TRATA UN 25%
En contraposición a Suecia, tenemos a Alemania. Uno de los países que más esfuerzos ha hecho para que la legalización de la prostitución “salga bien”. El camino de la legalización empezó en 2002, con la llamada “ley de la prostitución”, cuya idea era mejorar las condiciones laborales y de vida de las mujeres prostituidas.
Para tratar de lograrlo, eliminaron la calificación jurídica de “inmoral”, redefinieron el concepto de proxenetismo y despenalizaron la promoción de la prostitución. Y 15 años después constataron que esta ley, en vez de ayudar, había empeorado la situación de las mujeres prostituidas. El número de víctimas de trata se había incrementado un 25% según datos de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) de 2017.
Con esa medida aparecieron los macroburdeles: en 2022 había registrados 2.310 según la Oficina Federal de Estadística (Destatis). Proliferaron anuncios como “media hora de sexo, cerveza y salchicha de Frankfurt por 15 euros”. Con el boom de los prostíbulos, bajaron los precios y se multiplicaron los puteros. Así que los proxenetas tuvieron que recurrir a mujeres de Europa del Este, para abastecer el gran incremento de la demanda.
Cuando vieron este desastre, aprobaron la Ley para la Protección de las Trabajadoras Sexuales en 2017, por la que las mujeres prostituidas se tenían que registrar en un canal oficial, y de esta forma se podría identificar si estaban siendo coaccionadas o no. El problema es que solo se han inscrito un 10% de todas las mujeres prostituidas. Destatis estima que hay más de 400.000 mujeres prostituidas en Alemania y que en 2019 había registradas únicamente 40.370. ¿Dónde están las 360.000 mujeres que faltan?
Otro dato: el club Pascha de Colonia es el mayor prostíbulo de Europa, con unos 9.000 metros cuadrados, más de 120 mujeres prostituidas y un millar de clientes al día. Se facturan unos 16.000 millones de euros al año, aunque una gran parte de la prostitución ocurre fuera de los circuitos legales. ¿Y qué pasa con las mujeres? Del 10% de las mujeres prostituidas registradas en 2019, solo el 18% tienen la nacionalidad alemana; la más mayoritaria es la nacionalidad rumana con el 35%, seguida de la búlgara con el 11% y la húngara con el 7%, según la Oficina Federal de Estadística (Destatis)
(Júlia Sanader. Tu argumentario feminista en datos. Editorial Montena.Penguin Random House Grupo Editorial. Barcelona. 2023)